Dependiendo de la ubicación cultivarnos diferentes tipos de uva con diversos fines: desde excelentes vinos blancos e intensos vinos tintos hasta sorprendentes cuvées con finos aromas.
Lo que tienen todos en común es que son controlados estrictamente durante todo el año, al igual que controlamos sus necesidades y nivel de maduración. Solamente cuando han alcanzado el grado de maduración perfecto son vendimiados manualmente y preparados para la fermentación de la forma más cuidadosa posible.
Para ello en Castell Miquel también utilizamos técnicas de bodega muy avanzadas: en nuestro propio laboratorio se controla varias veces al día el nivel de azúcar, acidez y alcohol de las uvas antes y durante la cosecha. Y es que cuando las uvas están maduras, incluso el menor de los retrasos hasta que empieza la vendimia puede representar una diferencia en la calidad. Asimismo, durante el proceso de elaboración implementamos cuidadosos métodos que nos ayudan a garantizar de forma constante un alto nivel de calidad de nuestros vinos.